¿Cuál es el papel de los diseñadores ante los retos actuales? Hablamos de ello durante la Milán Design Week 2024.
¿Cuál es el papel del diseño y del diseñador ante los desafíos y complejidades que enfrentamos hoy en día? Lo discutimos durante la mesa redonda “Unfolding Complexities” realizada para la Milán Design Week 2024. Esto es lo que aprendimos de los invitados especiales Allison Rowe, Silvio Lorusso, Georgina Voss y Matt Webb.
En lugar de simplemente abrazar la complejidad, los diseñadores deberían considerar sumergirse en ella, como nadando a través de una red. El experimento de moho de baba de Tokio, donde el organismo aparentemente simple mostró una notable eficiencia imitando la compleja planificación urbana, sentó las bases para entender los sistemas descentralizados, donde la eficiencia surge no de la centralización, sino de la inteligencia distribuida. Además, la inteligencia colectiva se puede explorar utilizando a las abejas como analogía, destacando su proceso descentralizado de toma de decisiones. Las abejas, con su compleja comunicación y comportamientos adaptativos, ejemplifican el poder de la inteligencia distribuida en acción.
La inteligencia artificial (IA) no es una tecnología mágica: es una herramienta, aunque poderosa y en rápida evolución. Desmitificar la IA a través de proyectos prácticos, como un reloj que genera poemas, deja claras sus limitaciones y peculiaridades. De cara al futuro, se imagina que la IA no solo mejorará exponencialmente en capacidad, sino que también será más ubicua e integrada en nuestro entorno. A medida que la IA continúa evolucionando, ofrece no solo soluciones, sino también nuevas formas de entender e interactuar con el mundo que nos rodea al enfrentarnos con nuevas complejidades y desafíos. Los diseñadores y artistas tienen la oportunidad de dar forma a la tecnología del futuro al abrazar lo extraño, ser juguetones y ensuciarse las manos.
El discurso sobre la complejidad se ha convertido en una práctica cultural en el diseño, a pesar de su falta de definición clara o utilidad. La proliferación del discurso sobre la complejidad se atribuye a las luchas de identidad profesional y al deseo de control en un mundo incierto. Sin embargo, la complejidad sirve como una categoría tranquilizadora para los profesionales, enmascarando el caos subyacente que se resiste al control. En lugar de rendirse ante el caos, los diseñadores deben abogar por la praxis, enfatizando la importancia de la comprensión situacional y reconociendo su lugar dentro de la complejidad que buscan navegar.
Si tenemos en cuenta la complejidad de un aeropuerto desde el punto de vista de un ingeniero, diríamos que es un no-lugar, ya que las personas solo pasan por él para llegar a otros lugares. Contrariamente a esta interpretación de las complejidades de los aeropuertos, deben considerarse lugares porque ejercen poder a través de sus complejidades. Ejercen poder en términos de quién tiene permitido volar, de quién es vigilado. Dependiendo de qué cuerpo habites y con quién estés viajando, sabrás que serás visto como una amenaza al pasar por un aeropuerto. La interpretación del no-lugar de esta complejidad (y de muchas otras) solo es válida para aquellos destinados a vivir en ella, pero seguramente no para otros. Esto es lo que los diseñadores deben tener en cuenta.
Diseño para la complejidad: Perspectivas plurales sobre la ambigüedad de los sistemas
Revive con nosotros la mesa redonda que organizamos, con motivo de la Semana del Diseño de Milán 2024, para debatir sobre el papel de los diseñadores y del propio diseño ante las complejidades actuales. Con la participación de Allison Rowe, líder de diseño estratégico; Silvio Lorusso, artista, diseñador y educador; Georgina Voss, artista y educadora; Matt Webb, diseñador y fundador de Acts not facts.
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